En una primera consulta se trabajan los motivos que los traen a un posible tratamiento. Es un espacio ameno, donde el profesional va a preguntar algunas cosas sobre la historia de esa pareja, cuál es el conflicto que tienen ahora, para hacer la consulta. Va intentar diferenciar entre problemas individuales y de pareja. Esto con el fin de redirigir la consulta si fuera necesario.
A partir de esto, se decide en conjunto con los pacientes, una frecuencia para los encuentros.
Una sesión de pareja es una conversación, donde abrimos la posibilidad de plantear los puntos conflictivos de una pareja, las preocupaciones, los proyectos, la dificultad para tomar decisiones. Cada caso es único. Trabajamos con esa singularidad, no dirigimos la vida de los pacientes. Intentamos abordar los problemas con nuevas perspectivas.