El Aire
Tomo la figura de la Banda de Moebius. Me ayuda una hoja del calendario de Escher que tengo en mi escritorio. No se trata sólo de movimientos sincronizados. Hay que transformar la coreografía en un juego de equipo, en una conversación sin palabras. Intercambios de miradas en un cruce en el espacio. Muevo un brazo sentada en mi escritorio, para intentar reproducir la sensación y explicarla. No es un movimiento mecánico, es el aire lo que está en juego. Esto toca lo más personal, lo más simple: se trata de respirar. Tomar aire, soltar el aire… y allí el movimiento deja de ser mecánico y el interior-exterior son la misma cosa. Se ve suelto y seguro. Cuando uno habla también está en juego el cuerpo y se trata de respirar, de modular cuando se suelta el aire, cuando se toma aire, para establecer las pausas. En el silencio forzado, se retiene el aire. Quedar estático: retener el aire. No hablar. No moverse. El aire rodea el cuerpo, tiene una cierta densidad. El cuerpo se expande, cuando soltamos el aire y se contrae cuando lo retenemos. Y sin embargo no es sólo eso. La máxima expresividad del movimiento, está en la fantasía inconfesada en que uno piensa en el instante en que baila. Cuando ya no se recuerda la coreografía que se está ejecutando. Un trabajo monumental, concentrado en un instante… La repetición de la serie está en juego. Ciento cincuenta veces lo mismo, hasta que se olvide y surja algo nuevo. Atrapar por un momento y descubrir la esencia del perfume. El sonido también se sirve del aire. Viaja y hace vibrar el cuerpo. La música sugiere la calidad del movimiento, los cortes, la fluidez, la gracia, el estilo. Se baila con “lo que uno es. La belleza de las cosas tontas. Dos de ellas: las burbujas de jabón y el aliento, que se puede ver en una mañana fría de invierno. El aire y otra vez, el aire.

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Un análisis es uno por uno. Se trata de un trabajo que produce una transformación. Es muy difícil contar de qué se trata un análisis, que es lo que allí sucede, cuáles son sus efectos. Cada análisis es único.

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Proyecto: armar familia

Escucho relatos muchas veces basados en ideales y fantasías de felicidad y alegría, ante el proyecto de armar una familia. Algunas parejas anticipan esta decisión, otros vienen a hablar de algo “accidental”. Siempre están los desafíos de la vida real y la reconfiguración de esa pareja en particular.
El momento del nacimiento de un hijo, trae muchos cambios en la configuración de la pareja. Hay que atender muchas funciones a la vez. El crecimiento individual de cada uno, los momentos de pareja, la gran familia que quiere participar, las tareas de cuidado. No hay tiempo para todo. ¡Volver a armar un rompecabezas! Algunos se presentan con sentimientos muy paradójicos: estamos felices y también nos estamos volviendo locos!

Historia de las videollamadas

Historia de las videollamadas
Hoy tengo ganas de contarles un cuento. Hace unos cuantos años estuvimos charlando con el equipo de Agencia Clepsidra sobre la posibilidad de incluir el formato de videollamadas para trabajar con pacientes de otros lugares.
Quizás era el año 2017. La propuesta me sonó extraña. Gustavo y yo tenemos nuestros consultorios, están bien ubicados en CABA, cerca del subte, en un lugar muy céntrico y al mismo tiempo muy tranquilo.
Sin embargo el mundo se empezó a mover hacia otro lado. Algunos pacientes muy conocidos pidieron atención a distancia. “Tuve a mi hijo, vivo en Padua, quiero seguir atendiéndome con vos, no puedo viajar hasta allá”. “Tengo horarios muy extensos, trabajo en microcentro, vivo en x, mi día se hace muy largo si voy hasta tu consultorio. Sólo un par de ejemplos aunque podría haber muchos más. Luego empezó la pandemia del 2020. Las primeras dos semanas nadie quería atención por video llamada o por teléfono. Pasado ese tiempo, todos empezamos a movernos y a incorporar en las videollamadas actividades que nunca habíamos hecho antes, de esta manera: tomar clases de danza, de inglés, de escritura. Mi amiga Gina varada en otro país dio clases de entrenamiento desde una playa y compartí con ella desde la terraza de mi casa.
Conversar en un grupo de amigos. Hacer un brindis por un cumpleaños. Tuve una hermosa reunión con amigas del secundario, María vive en México! Empezamos a experimentar la cercanía en la distancia. Las formas conocidas de hablar, los chistes.
El cierre de dos semanas se convirtió en un cierre total de unos seis meses. Los pacientes retomaron sus tratamientos por video o por teléfono. Una paciente que vivía a diez cuadras se fue a vivir a un país de Europa. ¿Vos me podés seguir atendiendo? Avanzamos sobre una nueva manera de trabajar. Se volvió cálida, cercana, agradable, posible.
Ahora estamos en eso. Atendemos algunos pacientes en el consultorio. Otros por videollamada. Nos reunimos con gente en varios lugares del mundo, esto se volvió cotidiano y posible.
Lo que vino para quedarse y agradecemos nuestra propia flexibilidad para abrazar ese cambio. Vivirlo como algo que nos amplió la visión del mundo. Un cambio de época.

Tela de araña

“Algunas sedas de araña son más fuertes que el acero del mismo grosor.” Según Wilkipedia.Fuerza y fragilidad, son dos propiedades que pueden ir juntas.Los lazos entre personas pueden ser fuertes y al mismo tiempo no resistir un gran golpe.¿Qué les da fortaleza a los hilos de la telaraña de los vínculos de pareja? Los vínculos están organizados alrededor de pactos explícitos o implícitos. En numerosas ocasiones nos consultan porque los pactos se rompieron o se malentendieron. Pueden aparecer crisis sobre la confianza o la caída del proyecto en común.

Parejas y migración

En los últimos años recibí en Buenos Aires, parejas que vienen de otros países a radicarse en Argentina. Algunos porque en sus países no encontraron un futuro viable, otros porque vinieron a estudiar. Algunos llegaron juntos desde sus países, otros se conocieron acá. También trabajé con parejas “mixtas” alguien de acá, con alguien de otro País. Trabajamos mucho sobre diferencias y coincidencias culturales. Esto también encontramos en personas del mismo lugar, sólo por el hecho de venir de familias distintas. La exogamia tiene eso: encontrarse con lo diverso, integrarse, elegir costumbres, acuerdos.
En los últimos años empecé a ver esto con pacientes argentinos en el extranjero. La adaptación a una nueva cultura. Los que se van en pareja tienen distintas habilidades para adaptarse o integrarse a un nuevo lugar o una nueva cultura. Los que forman pareja con personas de otros países e intentan armar un proyecto común.
Migrar trae cambios de todo tipo, culturales, idiomáticos, laborales, encuentros con otras personas. Puede cambiar hasta la forma de comer, o el horario de las actividades diarias.
Muchos cambios, incluso los que buscamos, pueden dejarnos al borde de una crisis o enfrentarnos con algo que no esperábamos.