En los últimos años recibí en Buenos Aires, parejas que vienen de otros países a radicarse en Argentina. Algunos porque en sus países no encontraron un futuro viable, otros porque vinieron a estudiar. Algunos llegaron juntos desde sus países, otros se conocieron acá. También trabajé con parejas “mixtas” alguien de acá, con alguien de otro País. Trabajamos mucho sobre diferencias y coincidencias culturales. Esto también encontramos en personas del mismo lugar, sólo por el hecho de venir de familias distintas. La exogamia tiene eso: encontrarse con lo diverso, integrarse, elegir costumbres, acuerdos.
En los últimos años empecé a ver esto con pacientes argentinos en el extranjero. La adaptación a una nueva cultura. Los que se van en pareja tienen distintas habilidades para adaptarse o integrarse a un nuevo lugar o una nueva cultura. Los que forman pareja con personas de otros países e intentan armar un proyecto común.
Migrar trae cambios de todo tipo, culturales, idiomáticos, laborales, encuentros con otras personas. Puede cambiar hasta la forma de comer, o el horario de las actividades diarias.
Muchos cambios, incluso los que buscamos, pueden dejarnos al borde de una crisis o enfrentarnos con algo que no esperábamos.

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