La preocupación por la sexualidad o su ausencia, es un motivo común de consulta. Parejas que con el tiempo se fueron convirtiendo en hermanos. Y este es un destino penoso, para quienes eligieron encarar una vida en común.
Me consultan por la problemas en la sexualidad y escucho innumerables veces “¿Esto, es normal? “, en relación a la frecuencia, al deseo, a las ganas de estar con el otro. Desde la burocratización, lo hago para cumplir o para que no moleste. Uno con mucho entusiasmo y el otro casi nada. No entro en detalles, pero intento trabajar donde se trabo algo que antes funcionaba bien.
No logran encontrarse. El enojo se vuelve frecuente. ¿Dónde se perdió ese hilo invisible que antes los enlazaba?