Reunión familiar 2017

Reunión:
1. f. Acción y efecto de reunir.
2. F. Conjunto de personas reunidas.

Reunir
1. Tr. Volver a unir.
2. Juntar, congregar, amontonar.
3. Juntar determinadas cosas para coleccionarlas o con algún otro fin…

El diccionario es un lugar donde podemos buscar sobre el significado de las palabras. Buscamos para ver si nos ayuda a entender. Creemos que iluminará nuestras dificultades idiomáticas. Palabras simples, se vuelven incomprensibles.
Lo que se repite año tras año. Existen las fechas importantes donde las familias se reúnen, se juntan, se amontonan… Se sientan alrededor de la mesa a comer y cuando se come hay que decir algo, para que no se escuche el ruido de los cubiertos o los cliqueos de los celulares (Que nunca se apagan, por algún temor que desconozco… quizás caerse del mundo porque se puede detener intempestivamente).
Están los parientes cercanos, con los que uno se puede ver más seguido, con ellos la fiesta es una oportunidad para verse, reunirse, hablar, discutir, si fuera necesario. Está el experto en todos los temas… Truco, re-truco! Quiero vale cuatro!
Se muere una tía vieja, tenemos una prima lejana de remplazo, que aparece de un día para el otro. Se hacen las presentaciones en el momento porque no sabemos ni su nombre. Da lo mismo: la silla sigue ocupada, hasta nuevo aviso no hay más reemplazos. Como en el futbol, los cambios son limitados en cada fecha.
Nos juntamos, nos congregamos, nos amontonamos… Qué colección!
El momento de sentarse a la mesa es un momento, suavemente tenso… hay un cálculo de cómo hay que sentarse. Los lugares no son asignados previamente, es evidente que sería de mal gusto hacer esto en una casa. (Sólo se admite en fiestas en salón). Comienza el ballet alrededor de la gran mesa, los más chicos se sientan en cualquier lado, es ajeno a ellos, el problema del lugar. Nadie se quiere sentar al lado del invitado inconveniente… El que se lleva mal con toda la familia, pero que fue igualmente invitado, todos se preguntan por qué. El dueño de casa se sienta al lado de él. Del otro lado un chico desprevenido… que en la próxima reunión estará más atento a la hora de sentarse a la mesa.
La tercera edad recuerda momentos felices, las vacaciones con los hijos… Las únicas que hubo… Se hablan en tono cariñoso, critican las pequeñas faltas de sus hijos cuando eran pequeños. Todo hace pensar en un matrimonio bien avenido… Las apariencias engañan… Escándalos, cuernos, hijos no declarados. Separados desde vaya uno a saber cuando. divorciados jamás! Lo último que se pierde es el apellido de casada, la dignidad de una señora, de la señora DE, sí con mayúscula, la otra es una cualquiera. (Que hace más de cuarenta años convive fuera de la ley…) y tiene unos nietos divinos.
Las mujeres charlamos en la cocina cuando la cosa se pone tensa o cuando nos aburrimos. Sí, tenemos esa particularidad, encontramos espacios de intimidad para charlar en cualquier parte: puede ser desde un baño de un lugar público (siempre que esté limpio y tenga buenos espejos), un bar, un colectivo o como dije antes la cocina de la casa. Nos peleamos por lavar los platos, a nadie le gusta, pero ese día, estamos todas dispuestas. Es una competencia de abnegación, rapidez y pulcritud. Es la excusa para salir de esa mesa, que se puso espesa. ¿De qué hablamos las mujeres? No se los pienso decir, es un secreto.
Cuando la reunión se desgrana, se van los rejuntados, sólo quedan algunos… El clima se pacifica, alguien pregunta algo más personal, alguien reparte las sobras… El resto se tira a los cuervos.

17-09-2012
Revisión 19-09-17

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Un análisis es uno por uno. Se trata de un trabajo que produce una transformación. Es muy difícil contar de qué se trata un análisis, que es lo que allí sucede, cuáles son sus efectos. Cada análisis es único.

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Historia de las videollamadas

Historia de las videollamadas
Hoy tengo ganas de contarles un cuento. Hace unos cuantos años estuvimos charlando con el equipo de Agencia Clepsidra sobre la posibilidad de incluir el formato de videollamadas para trabajar con pacientes de otros lugares.
Quizás era el año 2017. La propuesta me sonó extraña. Gustavo y yo tenemos nuestros consultorios, están bien ubicados en CABA, cerca del subte, en un lugar muy céntrico y al mismo tiempo muy tranquilo.
Sin embargo el mundo se empezó a mover hacia otro lado. Algunos pacientes muy conocidos pidieron atención a distancia. “Tuve a mi hijo, vivo en Padua, quiero seguir atendiéndome con vos, no puedo viajar hasta allá”. “Tengo horarios muy extensos, trabajo en microcentro, vivo en x, mi día se hace muy largo si voy hasta tu consultorio. Sólo un par de ejemplos aunque podría haber muchos más. Luego empezó la pandemia del 2020. Las primeras dos semanas nadie quería atención por video llamada o por teléfono. Pasado ese tiempo, todos empezamos a movernos y a incorporar en las videollamadas actividades que nunca habíamos hecho antes, de esta manera: tomar clases de danza, de inglés, de escritura. Mi amiga Gina varada en otro país dio clases de entrenamiento desde una playa y compartí con ella desde la terraza de mi casa.
Conversar en un grupo de amigos. Hacer un brindis por un cumpleaños. Tuve una hermosa reunión con amigas del secundario, María vive en México! Empezamos a experimentar la cercanía en la distancia. Las formas conocidas de hablar, los chistes.
El cierre de dos semanas se convirtió en un cierre total de unos seis meses. Los pacientes retomaron sus tratamientos por video o por teléfono. Una paciente que vivía a diez cuadras se fue a vivir a un país de Europa. ¿Vos me podés seguir atendiendo? Avanzamos sobre una nueva manera de trabajar. Se volvió cálida, cercana, agradable, posible.
Ahora estamos en eso. Atendemos algunos pacientes en el consultorio. Otros por videollamada. Nos reunimos con gente en varios lugares del mundo, esto se volvió cotidiano y posible.
Lo que vino para quedarse y agradecemos nuestra propia flexibilidad para abrazar ese cambio. Vivirlo como algo que nos amplió la visión del mundo. Un cambio de época.

Tela de araña

“Algunas sedas de araña son más fuertes que el acero del mismo grosor.” Según Wilkipedia.Fuerza y fragilidad, son dos propiedades que pueden ir juntas.Los lazos entre personas pueden ser fuertes y al mismo tiempo no resistir un gran golpe.¿Qué les da fortaleza a los hilos de la telaraña de los vínculos de pareja? Los vínculos están organizados alrededor de pactos explícitos o implícitos. En numerosas ocasiones nos consultan porque los pactos se rompieron o se malentendieron. Pueden aparecer crisis sobre la confianza o la caída del proyecto en común.

Parejas y migración

En los últimos años recibí en Buenos Aires, parejas que vienen de otros países a radicarse en Argentina. Algunos porque en sus países no encontraron un futuro viable, otros porque vinieron a estudiar. Algunos llegaron juntos desde sus países, otros se conocieron acá. También trabajé con parejas “mixtas” alguien de acá, con alguien de otro País. Trabajamos mucho sobre diferencias y coincidencias culturales. Esto también encontramos en personas del mismo lugar, sólo por el hecho de venir de familias distintas. La exogamia tiene eso: encontrarse con lo diverso, integrarse, elegir costumbres, acuerdos.
En los últimos años empecé a ver esto con pacientes argentinos en el extranjero. La adaptación a una nueva cultura. Los que se van en pareja tienen distintas habilidades para adaptarse o integrarse a un nuevo lugar o una nueva cultura. Los que forman pareja con personas de otros países e intentan armar un proyecto común.
Migrar trae cambios de todo tipo, culturales, idiomáticos, laborales, encuentros con otras personas. Puede cambiar hasta la forma de comer, o el horario de las actividades diarias.
Muchos cambios, incluso los que buscamos, pueden dejarnos al borde de una crisis o enfrentarnos con algo que no esperábamos.