Trabajo de orientación
para jóvenes analistas
Un espacio para trabajar lo que ocurre en un caso singular
El analista tratante trabaja con otro analista sobre lo que ocurre en el caso que él dirige. De acuerdo al momento del tratamiento son distintas las cuestiones que se plantean en la supervisión: diagnóstico diferencial, estrategia, ubicar un acting del paciente, poder dar cuenta de cómo vino y cómo está ahora, etc. No importan los años de experiencia, siempre se sostiene esta modalidad de trabajo. Cada caso es único.
Llevar un caso a una supervisión, permite pensar sobre el caso, tomando distancia y con alguien que no está involucrado en el juego de la transferencia. No es un espacio “superyoico”, es un intento por encontrar una lógica al caso y ampliar la escucha del analista, encontrar alguna estrategia específica para ese caso puntual. Siempre pensamos en tres patas para sostener un análisis (siguiendo a Freud): el estudio teórico, el análisis personal y la supervisión de los pacientes.
Un trabajo que
produce una transformación