Me dirijo apurada por la ciudad de un punto a otro. Siempre tengo que llegar rápido. (Si puedo…). Después hay algo más para hacer. Prendo la radio, a veces encuentro algo que me gusta, para escuchar, mientras manejo.
Voy con mi hijo, negociamos qué vamos a escuchar. Paramos en la barrera de Corrientes, porque aunque estoy apurada, el tren no deja de pasar y ahí pregunta, ¿Por qué siempre veo zapatillas colgadas de los cables? El tiempo está en pausa en la barrera. ¿No son de nadie? Hago un esfuerzo de reflexión, bajo la música, que no me deja pensar y me encuentro explicando como llegaron hasta allí. Imagino una situación violenta donde varios agarraron a uno, le sacaron las zapatillas, las ataron, las revolearon y lograron heroicamente en un acto atlético que quedaran colgadas en el cable. ¡Irrecuperables! Hace meses que están allí.
Un pibe vuelve descalzo a su casa. La hazaña terminó y ahora tiene dos amigos menos.Mi hijo me mira esperando una respuesta.