Comentario sobre la película Her:
Este trabajo fue presentado en la reunión del 15 de Agosto en el Departamento psicoanálisis y filosofía pensamiento contemporáneo de la EOL (Escuela de la Orientación Lacaniana). Actividad que coordinó Paula Contreras.
El título de la mesa fue: HER. ¿Una historia de amor?.
Un hombre compra un nuevo sistema para su computadora. Su activación requiere decisiones que él tiene que tomar: elige una voz femenina.
¿En qué momento de su vida este hombre decide elegir a este sistema?
Theodore, se separó de su mujer. Se terminó una relación aparentemente feliz.
El film va mostrando cómo este sujeto, si bien sabe que se trata de un sistema operativo, va quedando atrapado en una relación amorosa muy particular: llena su vida con Ella, su sistema operativo. Ella puede acceder a sus escritos e intereses y puede interpretar la vida de él sus gustos, disgustos y deseos más íntimos. Él puede tener relaciones sexuales con Ella, aunque no porte un cuerpo. Ella puede participar de las salidas con amigos, opinar, hacer chistes y reírse de los chistes ajenos: es casi humana.
“Casi humana” entra en el juego. ¿Qué le falta para ser humana? Justamente un cuerpo. La relación empieza a derrumbarse en el intento de tener relaciones sexuales con una sustituta de Ella. Lo siniestro aparece, hace notar que ella no es, porque no tiene un cuerpo. Theodore cuestiona sus jadeos en las conversaciones: si no respirás, no hay jadeos, ni aceleración del corazón, ni angustia, ni nada…
El planteo de la película es interesante, ya que este hombre no ha sido engañado, tiene plena responsabilidad de entrar en esta situación y lo más interesante, a mi entender, es que no es el único: hay otros en la misma situación. Una amiga de él se hizo amiga de su sistema operativo. En el momento en que él se encuentra desencantado por la situación, logra advertir que hay muchas personas en su misma situación. Nos hace pensar en un sistema autoritario que vierte sus redes con tecnología. Versión tecnológica de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley. Tenemos dos cuestiones en juego: un sistema y un sujeto responsable.
Fue “Su” sistema operativo quien le ha hecho saber que hay otros, que puede manejar muchas relaciones a la vez. Nada más humano que querer ser el único. Aunque sea gozar de la exclusividad en el amor.
Por un lado tenemos un duelo que no se realiza. El perdió esta relación y antes de entrar en el trabajo del duelo hay un sustituto: “Ella”, su sistema operativo. Un objeto tecnológico muy perfeccionado, pero objeto que se le ofrece y él toma, para cubrir la falta.
¿Cuándo este hombre despierta? Cuando esta farsa no se sostiene más. ¿Cuál es el resultado? La búsqueda de una compañía humana, que lo acompañe con su pena duplicada o multiplicada.
¿Qué nos enseña esta película? Este y otros objetos tecnológicos menos sofisticados no sustituyen a lo humano. La verdadera cuestión se juega en el ring: cuerpo a cuerpo.
Irene Fuks