La vida en una pecera

Veo a mis amigos en una pantalla, trabajo y bailo en el mismo lugar. Lo más cercano a lo humano que me queda es la voz.

Empiezo a perder fuerza en las piernas, caminar me parece un esfuerzo enorme. No me acuerdo como es estar al sol. No distingo verano de otoño. Tengo hambre de gente, de abrazos, de mate. El mundo quedo suspendido.  Me siento subida a una hamaca que no para y no me puedo bajar, para pasar a otra cosa.

Cumpleaños en la pantalla, visitas sociales, clases de danza, recitales, encuentros de amigos, encuentros con colegas. Mi pecera. Los acaricio a través del vidrio, los abrazo, los lloro.

Sueño mar, viento en la cara, arena blanda en mis pies. Me pregunto que es lo que puede despertar mi miedo. ¿La cercanía? No sé. Me siento vulgar cuando me apena haberme perdido un viaje y calculo en donde estaría en este momento.

Me irritan los reglamentos y los agregados de nuevos reglamentos que se parecen cada vez más a una superstición o a una obsesión y no te protegen de nada. Armo el manual de la sumatoria de medidas ridículas destinadas a evitar la pandemia fantaseada en la cabeza del algún desquiciado. Permiso de circulación. No caminar en un parque vacío. Perros sí, personas no.  Nueva regla: hay permiso de caminar por el parque pero con barbijo obligatorio y en dirección de las agujas del reloj.  ¿Será a  velocidad constante, para evitar que la gente se cruce? Obsesiones, me lavo las manos, alcohol, lavandina en las zapatillas, barbijo, limpieza de barbijo. Palabra que solo existía en mi vocabulario a la entrada de un quirófano.

El mundo paralizado. Mirame y no me toques. Cuerpos lejanos. Cierro los ojos y me los imagino en mi mismo espacio. Me perfumo para ir a trabajar, sostengo un poco quien soy en mi vida cotidiana, que no es esta. Por momentos me divierto, juego, me olvido.

Desaparecieron otras posibilidades de enfermar o de morir, en 2020 solo enfermaremos de Covid19. Ya no existe el control anual, el colesterol, la depresión, los suicidios, los asesinatos, el dolor de muelas!  Ya no importa si hacemos ejercicio físico para evitar problemas futuros. Las bicis se pueden usar solo media hora porque mágicamente desaparecieron los accidentes de tránsito!  Y estamos perdiendo la oportunidad única de erradicar a los piojos! Ahora que tenemos a todos los chicos encerrados en casa!

Bailo en mi pecera. Bailan mis manos contorneando los límites. La música está en el espacio contiguo. Se aleja.

Olas. Silencio. Negro. Fin

Ire Fuks 18-05-20

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